¡Oh el cielo! Esa caja de pandora infinita,

de allí escaparon todos nuestros males

y solo queda la esperanza que pocos poseen.

¡Ay la esperanza! Esta tan alejada de mí.

Yo no sé que espero, no se a quien espero.

Hay un incendio en mi habitación

y  un ángel que anuncia mi muerte y del

otro lado un demonio que me ata a este mundo.

¡Ay el amor! Eso tan efímero

que dura al igual que un suspiro.

¿Por qué? ¿Ya no es demasiada tortura

salida de la caja de pandora?

Tenemos que lidiar con la desgracia de ser humanos

y al mismo tiempo con la desgracia

de ver desaparecer el amor,

como si fueran las palabras que decimos

y nunca vuelven, como si fueran suspiros,

 como si fueran nuestras propias vidas.

No quiero ser parte de esta desgracia,

no quiero ver como el amor se vuelve

algo tan efímero como mi propia vida.