Escribo un último poema,
un último suspiro,
una última lágrima.
Ya no voy a ver el viento
acariciando la cortina.
No voy a volver a ver el cielo
quemarse en el atardecer.
Tengo todos mis recuerdos
en los rincones de mi habitación
y no le pertenecen a nadie.
Un último grito se escucha
en el vacío y viene de mi sombra.
Mi alma observa un acantilado a sus pies,
Sin dudar, yo salto…
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