visit counter for blogspot

viernes, 18 de marzo de 2016

 “Marzo”

No sé dónde se esconde
el viento cuando es verano.
No sé muy bien que hago despierta
una madrugada de Marzo.
Sueño con una niña
que come flores de un cantero
y se traga las espinas de las rosas.
Me recuesto en el suelo
de mi habitación y observo
desde la ventana como se aleja
el sol tan abrumador.
¿No te parecen hermosos
los colores del cielo al anochecer?  
¿No te parece hermoso
como el viento otoñal
se acerca agitando todas
las hojas y todos tus problemas?
Se va el verano y ya no sueño más
con niñas tragando espinas
y masticando flores.
Ya no me despierto
todas las madrugadas
con las pesadillas todavía
pegadas en la almohada.
Desde el suelo de mi habitación,
desde esta perspectiva,
todo se vuelve más
fresco, más liviano,

menos abrumador que el verano.
“Limbo”

Caímos en el purgatorio.
Estamos juntos
en nuestro limbo.
Es maravilloso saber
que podemos ser
lo que queramos y
al mismo tiempo
no ser absolutamente nada.
Me resulta excitante
poder estar con vos
sin sentir un poco de amor.
Casi hasta pecaminoso.
Pero nos preguntamos
sin querer preguntar
¿y qué somos?
¿y qué hacemos?
¿y me queres o es
solo una ilusión?
No somos nada
pero somos todo.
Y jugamos al amor
jugamos con nuestros sexos
e inevitablemente nos preguntamos

¿Quién caerá al infierno primero? 


jueves, 17 de marzo de 2016

“Pesadilla angelical”

Hay un sueño que tuve varias noches desde que comenzó marzo. Vi dos hermosos chicos, casi angelicales pero que en sus miradas escondían algo diabólico. Estaba ebria, estaba drogada, realmente no lo sé. Pero mi vestido blanco me hacía ver pura y mi rostro de niña me hacía parecer muy virginal. Estos dos hermosos jóvenes, en mi estado de total inconsciencia, me ataron a las vías de un tren con tal delicadeza como si me estuvieran acostando en una cama. No podía gritar pues tenía un pañuelo atado en mi boca. Uno de los chicos se encargó de atar mis brazos, el otro mis piernas. El que ataba mis brazos me miraba decidido a acabar con mi vida pero no podía dejar de notar cierta culpa en su mirada. Mientras que el otro joven me miraba con lástima y preocupación, como si realmente no quisiera matarme, pero de todas formas no dudó en atar mis piernas a las vías.  Ellos se levantaron y el sol iluminaba sus cabezas dándoles una imagen de ángeles caídos del mismísimo paraíso. Era imposible pensar que semejantes criaturas bellas  y celestiales iban acabar conmigo. Es imposible creer que la belleza se esconde también en los actos de maldad.
El tren se acercaba, el ruido del motor me hizo regresar a la realidad. Me di cuenta del peligro que corría, mi muerte estaba próxima a mí, podía sentir su aliento putrefacto en mi cara. Empecé a moverme con desesperación, quise gritar, todo fue en vano. Observé a aquellas dos criaturas, mis ojos suplicaban compasión pero tampoco sirvió. Ellos estaban sentados en la estación y contemplaban la situación. Sus miradas se volvieron frías, ya no parecían ángeles, eran demonios que no tenían ni la menor intención de apiadarse de mí. Ya no había tiempo, ya todo estaba perdido…

El sol comenzó a ocultarse, llorar ya no me servía de nada. Finalmente el tren pasó por encima mío, destrozando mi cuerpo en cientos de pedazos. En mi pesadilla vi una pequeña lluvia de sangre que cubrió los rostros de los dos jóvenes que me destruyeron. Y de mí ya no quedó nada, solo carne destrozada y mi alma que vaya a saber uno a donde fue a parar. 

domingo, 6 de marzo de 2016





Ella huele a cigarrillos y flores muertas... 
                                                                         “Demoníaca”

Hay un demonio sentado en el borde de mi cama. Desde las tres de la mañana que no deja de mirarme fijamente. Cuando me desperté y lo vi, sentado allí, muy quieto, enseguida pensé “Debo estar loca o quizás estoy soñando”. 
Hay un demonio, desnudo, con un cuerpo extremadamente delgado y de piel grisácea que está sentado, cruzado de piernas y con sus largas uñas negras acaricia sus rodillas y con sus ojos infinitamente oscuros me lanza una mirada de pena y lástima. 
Mientras me quedo observando a la criatura, sin saber que decir y sintiendo un silencio de muerte, noto algo extraño en aquella presencia maligna, algo que me resulta familiar, como si lo hubiera visto anteriormente. Pero era imposible eso, uno no ve demonios todos los días. Sin embargo no puedo parar de notar algo en sus ojos, la forma en que me mira me recuerda a alguien, me recuerda a una persona muy cercana a mí pero no logro identificarla. 
De repente siento algo extraño en mi cuerpo y bajo la vista. Mis manos se volvieron grises y arrugadas, con largas uñas oscuras. Levanto la mirada y en el borde de mi cama, donde antes había un demonio ahora solo me veo a mi misma, sentada, cruzada de piernas mirando con lástima y horror al demonio que esta acostado en su cama.


                                                    "Pesadilla autocumplida"


Desperté a las cuatro de la mañana debido a un terrible sueño en el que me encontraba en el útero de mi madre a punto de nacer, hasta que asome mi cabeza y sólo vi unas manos gigantes, pálidas con uñas largas y filosas que querían tomar mi pequeño cuerpo. Los sonidos me aturdían, mis pequeños oídos, sensibles e inacostumbrados al ruido parecían a punto de estallar. Ojos enormes y amarillentos me observaban, miles de ellos.
Entonces quise entrar otra vez a mi cálido hogar al cual pertenecía. De repente apareció el ángel que echó a Adán y Eva del Edén y me sacó de mi zona de confort gritando "¡Ve, vive humana!" y aquí estoy, a las cuatro de la mañana despierta de mi pesadilla autocumplida.


 

(Escrito bajo los efectos de alguna droga)