"Cigarrillos y flores muertas"

Las fresias amarillas 

en el vaso de agua, 

sobre la mesa del comedor. 

Se van marchitando, 

con cada nube de humo

que sale de mi boca. 

Las flores amarillas, 

frescas, llenas de polen, 

forman un contraste 

con las cortinas blancas,

y las cenizas sobre el mantel. 

Se marchitan, 

caen y de a poco 

sueltan sus pétalos amarillos 

como luz de atardecer. 

Hoy es martes,
los soplos del invierno
van escaseando.
Los primeros calores
van naciendo,
junto a las flores
de la ciudad.
Me sorprende
haber llegado hasta acá,
arriba de un colectivo
que me lleva a no se donde.
No me sorprende sentir dolor
y querer destruir la primavera.
Todavía me duelen
los pensamientos,
las situaciones,
las personas.
Voy a pasar estos meses
del año, flotando
en una hoja seca
buscando un viento fuerte
para escapar.
Después te aviso
si sigo viva
o decidí acabar
con esta farsa,
esta mala obra
sin espectadores.
De todas formas
ya estoy putrefacta
y congelada.
No deja nunca
de ser invierno
adentro mío.

Me preparo para dormir,
cierro la puerta,
bajo las persianas,
apago la estufa.
El gato se acomoda
arriba de la frazada.
Lentamente me desvisto,
como si me despojara
del día que pasó,
de todo lo que hice
y todo lo que viví.
Me pongo mi ropa
para dormir,
una remera vieja
y descolorida,
unos pantalones cortos.
Retiro las sábanas de flores.
Me acuesto, apoyo
mi cabeza sobre la almohada
y me quedo mirando
un punto fijo en la pared.
Siento sobre mis pies
a mi gato todo enroscado
y tranquilo.
Al momento de querer
cerrar mis ojos,
siento el inconfundible
sonido de mi corazón
golpeando mi pecho.
Cambio de posición
pero es inevitable
no sentir esas vibraciones,
esos golpes suaves
pero a la vez intensos.
Recordándome que estoy
ahí viva, respirando.
Sin importar nada,
todo esta latente y fluyendo.

Luz de invierno,
entra tenuemente
por las persianas
de tu ventana.
Mi cara contra la cortina,
tu aliento en mi nuca,
tu cuerpo chocando
suavemente contra mi espalda.
Movimientos bruscos
y escurridizos.
El invierno se acorta
dentro de tu habitación.
El tiempo se acelera
mientras besas
mi nuca y mi cara.
Me siento menos fría
cuando estas adentro mío.

Escenario onírico 4: Primavera

La lluvia no paraba de golpear el techo del lugar donde estaba. Los relámpagos iluminaban el cielo gris humo, como fuertes destellos de luz en medio de la oscuridad. No recuerdo exactamente donde estaba, parecía una casa pero dentro no había ningún mueble, ni indicio de que alguien haya habitado anteriormente en aquel lugar.

Mientras las gotas de lluvia se escurrían lentamente sobre la ventana, afuera en un pequeño jardín observé como la lluvia caía precipitadamente sobre un rosal con sus capullos, mientras el viento lo azotaba. Temí por el rosal, temí que se desprendiera de la tierra y murieran todos sus capullos.

Al cabo de un rato, la lluvia paró y el silencio invadió todo alrededor. El cielo lentamente comenzaba a despejarse, de a poco las nubes iban dejando paso a la luz del sol. Salí de mi refugio y me dirigí hacia el rosal. A pesar de la fuerte lluvia, se encontraba intacto, sus espinas relucían como agujas bajo el sol y sus raíces estaban bien sujetas a la húmeda tierra. Uno de los capullos comenzó a abrirse, dejando entrever a una pequeña rosa colorada, regalando un poco de color a un sueño demasiado gris.

Dios es mujer

Cuando se levanta por las mañanas, mira  la luz azulada de la madruga con un ojo abierto y el otro cerrado. Contempla por unos minutos hasta recordar porque se despierta todos los días a esa misma hora bajo ese color azul que tanto la anima a seguir. Mientras realiza su rutina diaria recuerda cada detalle de porque eligió su camino y de cuanto le costó llegar hasta allí. Se da una ducha fresca para despertar su mente y avivar sus sentidos, el agua limpia su espíritu. Elige la ropa adecuada para cada día según el clima y sus comodidades. Revisa frente al espejo estar con la vestimenta correcta. Se peina el cabello cuidadosamente de no tener ninguna desprolijidad, cepilla sus dientes y si le queda algo de tiempo toma una taza de café con leche, si no, tendrá momento durante el resto de la mañana para desayunar.
Las mañanas son pesadas pero siempre piensa que todo lo hace por su bien , todo lo que hace es parte de su creación, cada cosa que realiza es parte de un todo que se transforma todo el tiempo en algo mejor, y eso lo sabe. Por eso su orgullo es grande y su fortaleza es inquebrantable. Por momentos la tempestad invade sus pensamientos pero los vence como si fuesen demonios invadiendo su paraíso.
Sale de su hogar para seguir existiendo en su propia creación, aportando toda su inteligencia e imaginación en este mundo.
Los que no creen en su fortaleza y su capacidad, quedan confundidos cuando se dan cuenta de lo equivocados que están, luego se arrepienten de su error.
De todas forma no le importa lo que piensen, sabe que solo debe preocuparse de confiar en su propio ser. Todo lo que toca lo transforma en una idea, en un proyecto, en amor. Todo a su alrededor esta lleno de amor. Cada ser a su lado se siente protegido bajo su presencia.
Ella es omnipotente.

El poema mas honesto

A veces divagando en mi mente,

Suelo pensar lo mucho 

que me gustaría poder decirte 

lo que alguna vez jamas sentí. 

No entiendo lo que es el amor,

no creo haberte amado como se debe.

Lamento nunca haber estado enamorada. 

Lamento darme cuenta en este momento, 

en el que estoy sola con mi oscuridad

y mil emociones atascadas en mi garganta. 

La soledad es peligrosa 

y soy un peligro cuando me siento sola.

A veces mientras no duermo, 

pienso en todo el dolor innecesario 

que nos causamos. 

A veces mientras sueño, 

te veo allí perpetuando 

todos tus actos 

violentos hacia mí. 

Lamento que hayas sido 

un capricho para mí. 

Lamento mi deshonestidad, 

Pero lo que mas lamento, 

fue darme cuenta de la violencia 

que me cause a mi misma 

estando a tu lado fingiendo amor. 

Sol de verano,
enorme bola
salida del infierno.
Quema todo al rededor.
Cada paso que doy
vuelvo para atrás
como un cangrejo.
Sol del infierno,
quema todo
lo que hago,
quema todo
lo que doy.
No sirve de nada
refugiarse en la noche,
si luego sale el sol
a destruir lo que soy. 

No siento nada, 

con decir esto me refiero

a que no hay un atisbo 

de emoción o algo similar 

en mi limitado ser. 

No corre sangre por 

estos lados, no hay ningún 

corazón latiendo en esta esquina. 

No te asustes si no sale aire 

de mi nariz o de mi boca. 

Quizá solo estoy viviendo 

un recuerdo de un extraño sueño.

Siento que nunca sentí nada por vos. 

Al fin y al cabo, 

¿que es sentir? 

Un cielo de otoño tardío

comienza a nublarse.

Una madre joven

alimenta a su pequeña

con el néctar de sus pechos.

El destino tiene extrañas intenciones

y los días son cada vez más fríos.

Una madre joven le susurra

suaves canciones a su pequeña.

El viento baila y se mueve con inquietud.

Una madre joven cuida entre sus brazos

fuertes como ramas de árbol, a su pequeña hija

cuidando de que no se escape con el viento.